Twist del Mono Liso
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo,
tírame con tenedor.
ANÓNIMO
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo,
tírame con tenedor.
ANÓNIMO
¿Saben, saben lo que hizo
el famoso Mono Liso?
A la orilla de una zanja
cazó viva una naranja:
¡Qué coraje, qué valor!
Aunque se olvidó el cuchillo
en el dulce de membrillo,
la cazó con tenedor.
A la hora de la cena
la naranja le dio pena.
Fue tan bueno Mono Liso
que de postre no la quiso.
El valiente cazador
ordenó a su comitiva
que se la guardaran viva
en el refrigerador.
Mono Liso en la cocina,
con una paciencia china,
la domaba día a día:
la naranja no aprendía.
Mono Liso, con rigor,
al fin la empujó un poquito,
y dio su primer pasito
la naranja, sin error.
La naranja, Mono Liso
la mostraba por el piso.
Otras veces, de visita,
la llevaba en su jaulita.
Pero un día entró un ladrón.
Se imaginan lo que hizo.
El valiente Mono Liso
dijo: -¡Ay, qué papelón!
A la corte del Rey Bobo
fue a quejarse por el robo.
Mentiroso, el rey promete
que la tiene el Gran Bonete.
Porque sí, con frenesí,
de repente dice el Mono:
-¡Allí está, detrás del trono,
la naranja que perdí!
Mas la Reina dice: -Ojo,
que yo tengo mucho antojo
de comer una ensalada
de naranja amaestrada.
Mono Liso contestó:
-Comerá cuando usted quiera
tres sandías y una pera,
¡pero mi naranja, no!
Y la reina sin permiso
del valiente Mono Liso
escondió en una sopera
la naranja paseandera.
Mono Liso la salvó,
pero a fuerza de tapioca
la naranja estaba loca
y este cuento se acabó.
©1965, María Elena Walsh
mono
©Editorial Alfaguara infantil
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