lunes, 13 de julio de 2020

Tutú Marambá, María Elena Walsh. Ilustraciones: Nancy Fiorini




Distinguidísimos señores niños:

Tutú Marambá es un duende brasileño feo y malo, según cuenta la leyenda. Se parece a nuestro 'cuco', al que por suerte ningún chico ha visto.

A pesar de estos pésimos antecedentes del señor Marambá, decidí, con permiso de ustedes, robarle el nombre para ponérselo a este libro. ¿Por qué? Porque suena lindo. ¿Por qué más? Porque quizás la amistad del Gato Confite, de la Vaca Estudiosa y de todas las buenísimas personas que viven en esta casa de papel, acabe por convertirlo en un duende inofensivo y juguetón con sonrisa de choclo.

Por lo tanto, si algún día ustedes andan por Brasil y oyen hablar de Tutú Marambá, no tengan miedo. No los va a asustar. Lo más probable es que los lleve de la mano por la selva, presentándoles a todo bicho viviente: monitos, lagartijas y papagayos.



María Elena Walsh


El árbol de guitarritas


En Portugal he visto un árbol
florecido de guitarritas.
Íbamos todos a cantar:
arañas, sapos, señoritas.

Las ovejas, que son muy tontas,
seriamente se las comían.
El árbol las miró enojado
con sus hojas de cartulina.

—¿No saben, no saben ustedes
que la música no es comida?
Son guitarritas de cantar,
azules, verdes, amarillas.

Los bichofeos con solfeo
y las sardinas con sordina,
los caracoles con bemoles,
cada cual con su musiquita.

El concierto desafinado
se escuchó desde muy arriba,
y a las nubes malhumoradas
les dolió mucho la barriga.

Y pronto el árbol se quedó
sin una sola guitarrita.
Un árbol triste como todos.
En Portugal. Y no es mentira.





La mona Jacinta


La mona Jacinta
se ha puesto una cinta.

Se peina, se peina,
y quiere ser reina.

Mas la pobre mona
no tiene corona.

Tiene una galera
de hoja de higuera.

Un loro bandido
le vende un vestido,

un manto de pluma
y un collar de espuma.

Al verse en la fuente,
dice alegremente:

—¡Qué mona preciosa,
parece una rosa!

Levanta un castillo
de un solo ladrillo,

rodeado de flores
y sapos cantores.

La mona cocina
con leche y harina,

prepara la sopa
y tiende la ropa.

Su marido mono
se sienta en el trono.

Sus hijas monitas
en cuatro sillitas.

¡Ay, no te rías
de sus monerías!




©1960, María Elena Walsh
©Editorial Alfaguara 


Así es


El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.

La luna es de queso
y el sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.




Canción de títeres


Da la media vuelta,
toca el cascabel,
roba caramelos
en el almacén.

A ver, a ver, a ver...

Me caigo, me caigo,
me voy a caer.
Si no me levantan
me levantaré.

A ver, a ver, a ver...

Diez y diez son cuatro,
mil y mil son seis.
Mírenme, señores,
comiendo pastel.

A ver, a ver, a ver...

Por la calle vienen
la Reina y el Rey,
un oso de miga
y otro de papel.

A ver, a ver, a ver...

Este gran secreto
sólo yo lo sé:
cuando llueve, llueve.
Cuando hay luz se ve.

A ver, a ver, a ver...

Contemos un cuento,
una, dos, y tres,
que acabe al principio
y empiece después.

A ver, a ver, a ver...

Los espadachines,
con un alfiler,
pinchan a la estrella
del amanecer.




©1960, María Elena Walsh
©Editorial Alfaguara infantil

No hay comentarios: