viernes, 29 de mayo de 2020

Cuento: EL MENSAJERO de Ricardo Mariño

 
de Ricardo Mariño
 

Era un joven mensajero del rey, llamado Teobaldo, que para hacer su trabajo cruzaba ríos y montañas y esquivaba toda clase de peligros con mucha valentía. Pero Teobaldo no era una persona de verdad, era un personaje. Más precisamente, era un personaje del primero de los cuentos de un libro que en total tenía cinco.

El libro pertenecía a un chico que todas las noches leía en voz alta el último cuento, llamado “El canto de la princesa”. Aunque tenía un final triste, ese cuento era su preferido.

Al principio a Teobaldo le dio celos que el chico prefiriera ese cuento y no el suyo, pero con el tiempo prestó atención a la princesa y terminó enamorándose de ella.

“El canto de la princesa” empezaba justo cuando la joven princesa Mirna, quien tenía una belleza deslumbrante, era raptada por un malvado hombre de palacio.

El malhechor encerraba a Mirna en la profundidad de una cueva, bajo la vigilancia de un dragón de dos cabezas. El único consuelo de la joven en aquel terrible lugar era cantar.

Cuando por fin los hombres del rey apresaron al raptor, abatieron al dragón y entraron en la cueva. No encontraron a la princesa Mirna sino a un bello pájaro blanco que echó a volar. Desde entonces el tristísimo canto de aquel pájaro se escuchó en todo el reino.

Teobaldo estaba enamorado de Mirna y enojado con el final de esa historia.

Cada nueva oportunidad en que el chico volvía a leer ese cuento, Teobaldo se enamoraba más y más de la princesa y más se entristecía al escuchar el desenlace (el final).

De modo que un día partió hacia el último cuento del libro para intervenir en él e impedir que la chica se convirtiera en pájaro.

Para llegar a “El canto de la princesa” tenía por delante setenta páginas y quién sabe cuántos peligros.

Pasó delante de la página quince y poco después entró en el segundo cuento. Allí encontró a un viejo mago, enojado porque en el circo lo habían reemplazado por un mago más joven.

—Al final de este libro hay un cuento que termina mal —le contó Teobaldo—. Voy para allí a cambiar el final.

—No estoy de acuerdo con los finales tristes —le respondió el mago—. Te acompaño.

Teobaldo y el mago llegaron al tercer cuento, que era de unos animales que se la pasaban charlando. Allí había un león que estaba aburrido de que en su cuento nunca pasara nada y, con alegría, decidió unirse a Teobaldo y al mago.

En la página cuarenta pasaron al cuarto cuento. Allí conocieron un marciano que había perdido su plato volador y no podía regresar a Marte. También el marciano se unió al grupo de Teobaldo.
Llegaron por fin a “El canto de la princesa”.

—¡Hay que encontrar la cueva antes de que la princesa se transforme en pájaro! —dijo Teobaldo.

El marciano, Belisario, que veía a través de las piedras, señaló cuál era la cueva.

En la página siguiente se encontraron con el espantoso dragón. El león saltó sobre él y le mordió una pata. Teobaldo aprovechó para meterse en la cueva.

Cuando el dragón, Rufo, iba a atacar al león con las llamaradas de fuego que salían de su boca, el mago usó su varita para hacer llover: el fuego se apagó.

Teobaldo encontró a la princesa Mirna en la cueva y la sacó de allí. Pero al salir, el dragón se lanzó furioso sobre Teobaldo.

Durante dos páginas el dragón lo persiguió y hasta llegó a chamuscarle el pelo. De repente, al joven se le ocurrió un plan. Fingió estar vencido y dejó que las dos cabezas del dragón lo rodearan dejándolo en el medio. Así, cuando las dos bocas de la bestia lo atacaron, Teobaldo saltó al costado y las dos cabezas se enredaron.

El raptor de la princesa fue apresado enseguida. Teobaldo, rojo de vergüenza, no se animó a hablar con Mirna por cuatro páginas.

Teobaldo y Mirna se casaron en la última página y comenzaron un largo viaje de bodas hacia el primer cuento, de donde el joven mensajero había salido.

Para el dueño del libro hubo cierta confusión al principio pero luego se entusiasmó más que nunca con la lectura porque cada tanto los cuentos cambiaban: el león de un cuento pasaba a otro, el mago del segundo se hacía amigo del marciano del cuarto, los que se habían casado en el quinto, aparecían en el primero.

Él, de todas formas, siguió prefiriendo “El canto de la princesa” que, encima, ahora, hasta tenía final feliz.



FIN

Del libro Perdido en la selva (Alfaguara)


"Este libro reúne nueve cuentos breves, en los que las conductas sorprenden, los personajes no son nada convencionales y las situaciones se enredan. El perro poliedro y su idea de perseguir una idea; el tío Herminio, distraído pero con suerte; el millonario tacaño, tan hábilmente engañado; los viajes espaciales del “Mozart de los taxistas” la otra cara de un cuento muy pero muy conocido… Las historias más ingeniosas y divertidas que te puedas imaginar las vas a encontrar en este nuevo libro de Ricardo Mariño, ¡y no vas a poder parar de reírte! (Texto extraído de la contratapa del libro)

Nueve cuentos breves, componen este nuevo libro de Ricardo Mariño. A través de su lectura, recorreremos situaciones disparatadas, extravagantes, plagadas de personajes sorprendentes y queribles que, sin duda, contribuirán a despertar la imaginación garantizando un buen momento de lectura.
Las imágenes monocromáticas, realizadas por Marcelo Elizalde, nos acercan al mundo del comic y colaboran en mantener el estilo del relato.


Los cuentos:

“Perdido en la Selva” es también el nombre del primero de los cuentos de este libro. Catalino, el cadete de una editorial, ha sido designado para poner a prueba los consejos que el Profesor Winston Trabagliati expone en su libro: “Supervivencia en la Selva”. Catalino ignorando la misión que le ha sido asignada… es arrojado a la Selva Amazónica con un ejemplar del libro en la mano. ¿Podrá salvarse Catalino? ¿Será el libro del Profesor Trabagliati una herramienta eficaz para la supervivencia en la selva?

MAMARRACHOS POR CARTA Autor: Ricardo Mariño


Durante años nadie había tenido problemas con las cartas que traía el viejo cartero don Franqueo Hapagar. “¡Postal de su prima, doña Cota! ¡Carta de la señorita de París, don Julio!” gritaba don Franqueo desde la puerta, desgañitándose. Los vecinos tomaban la correspondencia, agradecían y eran felices.
Por eso resultaba tan extraño lo que estaba ocurriendo ahora. La gente enviaba cartas bien escritas pero el destinatario recibía mamarrachos. Por ejemplo, ésta que recibió doña Paloma, la gallega:


Querida Paloma:
Escribo estas líneas para hacerte saber que me siento muy pero muy bien. En sillas, sillones y hasta en el piso. La que está más rezongona que nunca es nuestra perrita Evelia: protesta cada vez que la mandamos a Júpiter a comprar las papas. En cambio estamos muy contentos con la heladera: el vestido que le mandaste le queda una pinturita. Un queso,

la prima Vera

O esta otra que recibió Erasmo Balanza, el de la despensa:

Mi estimado señor:
Ruégole tenga a bien enviarme diecisiete litros de leche fresquita y cincuenta docenas de ratones gordos. Sin más, saluda a Ud. muy atte.

la gata de don Julio

Y el colmo fue el poema que recibió doña Rosita, la soltera:

Cada tardecita
miro tan pancho
tu rostro, bella Rosita,
de chancho.


—¡Zapallos y lentejas! Esto no puede seguir así –bramaba el verdulero–.

—¡Haga algo, don Franqueo! Estas cartas son una herida absurda –se quejaba Rosita–.

Don Franqueo no sabía qué hacer. ¿Hasta cuándo sucederían estas cosas? ¿Lo expulsarían del correo por entregar a la gente cartas mamarrachos? Preocupadísimo pensó y pensó. Hasta que decidió consultar a un detective.

FRASS KITO
Detective privado
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Don Franqueo golpeó dos veces la puerta. Desde adentro una voz inconfundible de detective dijo "pase". Don Franqueo meditó y resolvió que en este caso lo más inteligente era pasar.

—Yo vengo... —trató de decir, nervioso.

—Usted viene por el problema de las cartas. Se llama Hapagar, Franqueo, tiene 61 años y dos meses y es el cartero del barrio. Pero usted es inocente —dijo astutamente Frass Kito.

Don Franqueo lo miró maravillado. El detective siguió hablando:

—El pillo está oculto en el lugar más insospechado —y señalando a don Franqueo con el dedo, le ordenó:— VAYA A COMPRAR CUATRO SOBRES DE CARTA Y TRES BANANAS Y ESPEREME JUNTO AL BUZON DE LA ESQUINA...

—Sí, sí.

—No atienda el teléfono, no hable con desconocidos, no levante caramelos de la vereda. Ahora, vaya.

El plan del detective no estaba lo que se dice muy claro pero igual don Franqueo obedeció. A los diez minutos estaba junto al buzón sospechoso con las tres bananas y los cuatro sobres.

Al ratito llegó Frass Kito. Tenía las manos en los bolsillos de su impermeable blanco, las llaves maestras colgando del cinturón, la pipa humeante. En fin, todo lo que mandan por correo en el curso de detective.

—¿Trajo lo que le pedí, no? —preguntó—. Ahora, con cuidado, introduzca en el buzón una carta y una banana...

—¡Vamos hombre! No sea miedoso.

Don Franqueo obedeció, temblando. Tiró suavemente la carta y a continuación, la banana. El barrio, de todas maneras, mantenía su aspecto habitual: doña Paloma barría y el verdulero acomodaba las manzanas feas debajo de las lindas.

A los cinco minutos Frass le dijo a don Franqueo que metiera en el buzón la segunda carta y la segunda banana.
Todo seguía normal.

—Ahora la tercera banana y el tercer sobre. Cinco minutos más tarde Frass Kito dijo:

—Y ahora viene lo difícil. Introduzca el último sobre —lo miró a los ojos y agregó:— Sin banana.

Transcurrieron unos segundos. Después hubo un ruido en el buzón y se escuchó una voz gangosa:

"¿Y la banana? Falta la banana".

Con presteza Frass Kitoabrió las puertas del buzón con sus llaves maestras, al tiempo que repetía:

—¡Ya te tengo, ya te tengo!

Rato después, con todo el barrio alrededor del buzón sospechoso (ese nombre le iba a quedar para siempre), el detective aclaró todo, como en las películas.

—Se trata de Kiko, el mono que escribe. Hace un año se escapó del Circo Fantástico de Minessota. Desde entonces se lo anda buscando.
Después agarró al mono de la mano y le dijo:

—Vamos Kiko, la función debe continuar.



FIN


En El sapo más lindo.
Texto: Ricardo Mariño
Ilustraciones: Alicia Charré
Editorial Alfaguara


jueves, 28 de mayo de 2020

Cuento: Los cuatro increíbles Autor: Ricardo Mariño.


Autor: Ricardo Mariño.


En épocas muy remotas y en un lugar lejano sucedió que un Rey cayó enfermo. Para curarse, los médicos le recomendaron que antes de una semana bebiera agua de la Gran Cascada, lo único que lo podía sanar. De no hacerlo en ese tiempo, aseguraron, irremediablemente moriría.

Pero la Gran Cascada estaba a muchas jornadas de camino a través de las montañas, por senderos inaccesibles para los caballos y las mulas. Sólo un corredor superdotado podría llegar hasta allí en el tiempo requerido.

El Rey dio a conocer un bando, con el que mandaba a llamar a los hombres más rápidos del reino. A quien realizara la hazaña en el menor tiempo le prometía una gran recompensa.

Uno de los que leyó el anuncio fue Godofredo el Veloz, y ni bien terminó de leer salió hacia el castillo del Rey.



En el camino encontró a un hombre que estaba de rodillas en el suelo, aplicando su oído a la tierra.

–Hombre, ¿qué estás haciendo? –le preguntó Godofredo.

–Estoy escuchando el ruido que hace una plantita a punto de nacer.

–¿Tan poderoso es tu oído?

–¡Ya lo creo! Me llaman Todo Oídos.


–Entonces por qué no vienes conmigo al castillo. ¡El Rey está enfermo y nos necesita!

Caminaron juntos un rato hasta que se detuvieron ante una mujer que estaba mirando hacia las montañas.

–¿Qué estás mirando? –le preguntaron.

–Miro la cúspide de la montaña: allí hay un águila cuidando su nido...

–¿Tan poderosa es tu vista?

–No es el águila la que me llama la atención sino uno de sus pichoncitos: tiene una pequeña mancha blanca en las plumitas que rodean su pico.

–¡Increíble! Tendrías que unirte a nosotros. El Rey enfermo nos necesita..., me llamo Godofredo el Veloz.

–Y yo soy Todo Oídos.

–Acepto. Mi nombre es Telescópica.


Anduvieron los tres hasta encontrar un hombre que estaba tirando una piedra.

–No hay ningún animal por aquí. ¿A qué le estás tirando? –le preguntaron.

–Tiré una piedra para hacerla pegar en la chimenea de mi casa, que está a ochenta cuadras de aquí. Es para avisarle a mi mujer que empiece a hacer la comida.

–¡Es cierto! –exclamó Telescópica–. Estoy viendo a la piedra. Se dirige a la chimenea... ¡Dio en el blanco!, y una mujer se está poniendo un delantal.

–Me llamo Piedrazo. Jamás fallo.


–Si te unes a nosotros podrás ayudar al Rey –le dijeron.

Al fin llegaron al castillo y ofrecieron sus servicios.

Ni bien vio a Godofredo el Veloz, el Rey se dio cuenta de que ése era el hombre indicado.

Pero también se habían ofrecido para ir a buscar el agua de la Gran Cascada, Túdor el Gigante y Osvalda la Peor.

A la madrugada siguiente salieron los tres competidores llevando cántaros para traer agua de la Gran Cascada.

Muy pronto Godofredo el Veloz aventajó a los otros dos. Y en lugar de tardar una semana fue hasta la Cascada en un rato.

Mientras regresaba con un cántaro lleno de agua, encontró a sus dos adversarios, que todavía no habían recorrido más que un corto trecho.

–¡Eh! ¡Un momento! –le gritó Osvalda la Peor–. Ya ganaste, tu velocidad es inigualable. Por qué no descansas un poco y después retomas la carrera.

Godofredo el Veloz aceptó, pero ni bien se apoyó sobre una piedra, Túdor el Gigante lo durmió de un golpe.

–Bien hecho. Ya tenemos el agua. Podemos regresar.

–Moraleja: mejor ser astuto que rápido –dijo Osvalda la Peor, sonriendo desagradablemente.

–Eso, eso –le dio la razón Túdor el Gigante.

Mientras tanto, en las afueras del castillo los amigos de Godofredo el Veloz esperaban ansiosos.

–Algo pasa –dijo Todo Oídos–. Escucho los pasos del Gigante y de Osvalda. Pero caminan hacia aquí. Están a unas cien cuadras.

–Es cierto. Ya veo –dijo Telescópica–. Esos dos vienen con un cántaro lleno de agua. ¡Es el cántaro que llevaba Godofredo el Veloz! Y un poco más allá... a ciento veinte cuadras está Godofredo... parece dormido o desmayado. Tiene la cabeza apoyada sobre una piedra.

–No hay problema –dijo Piedrazo–. Consíganme algo para arrojar.

Todo Oídos se quitó una bota y se la alcanzó.

Piedrazo tomó la bota, se arqueó hacia atrás y la lanzó.

–¡Justo! –exclamó unos minutos después Telescópica–. La bota pegó contra la piedra y despertó a Godofredo. Se está rascando la cabeza... ahora parece haber comprendido lo que ocurrió... ahí sale Godofredo... ¡uh! Ya alcanzó al Gigante y a Osvalda y les arrebató el cántaro, y viene para acá y...

–¡Ya llegó! –gritaron todos.

El Rey bebió el agua, se curó y dio una recompensa a Godofredo.

No era mucho: los reyes suelen ser tacaños y creen que la gente queda satisfecha sólo con conocerlos. Al menos alcanzó para comprar una nueva bota para Todo Oídos. Después recordaron que la esposa de Piedrazo tenía lista la comida y se fueron a festejar el haberse encontrado, con una buena comilona.



FIN




“Los cuatro increíbles” de Ricardo Mariño.
En El héroe y otros cuentos. Alfaguara Infantil. 1996.
© Ricardo Mariño
Ilustraciones: Mónica Pironio
Diseño de tapa y colección: Plan Lectura 2009
Colección: “Escritores en escuelas”
Ejemplar de distribución gratuita.
Ministerio de Educación
Secretaría de Educación
República Argentina, 2009

miércoles, 27 de mayo de 2020

Cuento: " El monstruo de Colores " Autora: Anna Llenas

Libro "El monstruo de colores" para identificar emociones básicas con los niños

Hoy quiero enseñarte el libro infantil "El monstruo de colores" de Anna Llenas, un ábum ilustrado que ya se ha convertido en un súper ventas, pues los niños y niñas no pueden resistirse ante su entrañable personaje.

Como indica su título, este cuento está protagonizado por un monstruo, pero ¡tranquila/o! 

Este monstruo no da miedo, sino todo lo contrario. Desde la primera página, pequeños y grandes le cogeréis afecto y sin daros cuenta, al acabar el libro, ya os habrá robado el corazón. 

El libro es ideal para acercar a los niños y niñas seis emociones básicas (alegría, amor, calma, miedo, rabia y tristeza) y empezar a trabajar con ellos la identificación de las mismas.

Es un libro simple pero realmente eficaz, que en general suele encandilar a todos los niños y niñas y que podemos leérselo a partir de los 3 años, incluso algo antes. 

Tal es su éxito que se ha publicado en otros formatos, por ejemplo en un precioso y espectacular libro en pop-up; en cartoné para los más pequeños y hasta en la versión en Kamishibai ¡con el teatro incluido!

Pero además tiene la segunda parte "El monstruo de colores va al cole".

Y por si eso fuera poco, también tienes los peluches del monstruo en cada uno de los colores. 

Seguro que ya te han entrado ganas de saber más sobre este libro tan popular. 

Así que ¡vamos a verlo por dentro!

¿Quieres saber qué le pasa a este monstruo tan entrañable? Pues resulta que hoy se ha levantado algo extraño, confundido, agobiado... y el pobre no sabe qué le pasa. 

Por suerte nosotros podemos ayudarlo, guiados de la risueña niña del libro: "Te has hecho un lío de emociones, y todas mezcladas no funcionan bien"..."Si quieres, te ayudo a poner orden".

A partir de aquí, el monstruo, con la ayuda de la niña, empezará a poner orden y a clasificar sus emociones. 

Identificando cada emoción con un color, encontraremos una descripción de cada una de ellas. 


Así, la primera será la alegría, identificada con el color amarillo. La alegría es contagiosa, te hace reír, saltar, bailar, jugar... cuando estás alegre quieres compartir ese sentimiento con los demás.

Luego viene la tristeza, azul "com el mar". Hace que te acurruques, quieras estar solo, sin ganas de hacer nada.

Ahora será el turno de la rabia, que identificaremos con el rojo, pues es feroz como el fuego.  Te sientes enfadado, se ha cometido una injusticia y quieres descargar la rabia en los otros.

Seguirá el miedo, de color negro. "Cuando tienes miedo te vuelves pequeño y poca cosa...y crees que no podrás hacer el que se te pide".
Y acabaremos con la calma, verde "como los árboles". "Cuando estás en calma respiras despacio y profundamente. Lo sientes en paz".
Ahora ya tenemos todas nuestras emociones clasificadas, cada una tiene un color diferente y su lugar, así funcionan mucho mejor.
Pero, un momento, esto no se ha acabado, parece que nuestro monstruo tiene una emoción nueva. "Y, ahora...se puede saber qué te pasa?".

Anna Llenas, es la autora de este fantástico álbum ilustrado, pero además, es la ilustradora. ¡Y qué ilustraciones! ¡Sencillas pero potentes! Me encanta la idea de, a partir de un collage de diferentes materiales como el cartón, crear diferentes volúmenes para las imágenes del libro. El fondo en blanco siempre ayuda a los más pequeños a centrar la atención en los dibujos y a que se mantengan concentrados en el libro. Que los dibujos parezcan hechos por un niño, también ayuda a atraer la atención de estos.

Llegados a este punto, seguro que ya os habéis dado cuenta que este libro es un gran recurso didáctico para trabajar las emociones con los pequeños, tema, por otro lado, nada fácil, pero que con este libro seguro encontraremos la manera de hacerlo.



Te dejo algunas RECOMENDACIONES para sacar el máximo provecho del libro "El monstruo de colores":


1. Pregunta al niño o niña sobre sus propias emociones:


Mientras leéis el libro, párate al acabar cada emoción y pregunta al niño o niña en qué momento del día él o ella se ha sentido así. 

Seguro que al principio no sabrá que decir, sobre si es muy pequeño/a, puedes prestarle ayuda. 

Lo puedes hacer de dos maneras, poniendo ejemplos de cuando tu te has sentido así (estará bien que vean que todos tenemos sentimientos buenos y malos) o también recordando alguna situación reciente que habéis vivido, por ejemplo: "¿recuerdas cuándo, por la mañana, no encontrábamos tu muñeco preferido?, ¿has llorado?, ¿como te has sentido?" o "¿recuerdas cuándo en el parque, te has peleado con tus amigo?, ¿estabas enfadado?, ¿tenías ganas de descargar la rabia con alguien?"

Pero no te quedes aquí y dile: "¿crees que pegar a tu amigo ha hecho que te sintieras más bien?, ¿cómo crees que se ha sentido él?, ¿qué otra cosa habrías podido hacer para solucionar el problema?"....

2. Dibuja tú propio monstruo:


Al acabar el libro, puedes animar al niño o niña a hacer un dibujo de su propio monstruo de colores y a pintarlo según cómo se sienta en aquel momento. 

Si es más grande, puede escribir en un papel lo que siente. 

¡hacé volar tú imaginación!

Manualidad infantil sobre el libro El monstruo de colores


Te dejamos el Video del Cuento: " El monstruo de Colores "



 

“La boca del león” en Botella al mar - Ricardo Mariño.

 
 
Autor: Ricardo Mariño. 







Un hombre que vivía en Buenos Aires soñó que en un lugar de la selva un león estaba a punto de comerse a un niño.

En el sueño, el león tenía abiertas sus fauces y a su lado el chico estaba paralizado de miedo. Cuando el león abrió aún más su boca y estaba a punto de tragarse al chico, el hombre se despertó.
       

Todavía asustado por la pesadilla, el hombre saltó de la cama y caminó hasta la ventana de su cuarto. Estiró los brazos, abrió la boca casi como el león de su sueño, y bostezó largamente.




Un ciclista que justo pasaba por allí vio la boca abierta y los brazos estirados del hombre y él mismo bostezó, frenando su bicicleta para dejar paso a un colectivo.

El chofer de la línea 39 miró al ciclista y quedó contagiado de su bostezo.

El pasajero que iba en el último asiento vio por el espejo cómo bostezaba el conductor y bostezó él, sacando la cabeza por la ventanilla.

La viejita que estaba parada en la vereda, esperando que pasara el coche que llevaba al presidente argentino y al de Senegal, bostezó contagiada por el hombre del colectivo.

Al pasar saludando, el presidente argentino miró a la viejita y bostezó. De inmediato le pidió disculpas a su colega de Senegal, sentado a su lado, quien también bostezó.

La imagen de los dos presidentes bostezando pudo verse en el televisor de un hotel de la República de Senegal. Del grupo de turistas japoneses que salían del hotel senegalés, el último alcanzó a ver la pantalla del televisor de la recepción, donde estaban dando el noticiero, con las dos bocazas de los presidentes bostezando. El turista japonés bostezó antes de subir al ómnibus turístico y contagió a un guardaparques que pasó por ese mismo lugar a toda velocidad en su jeep.

Al bostezar, el guarparques contagió al jefe de los zulúes, que estaba escondido entre las palmeras que bordeaban el camino, esperando la oportunidad para atacar la ciudad.

Uno a uno fueron bostezando los quinientos guerreros zulúes y el último de ellos contagió a un gran pájaro verde y rojo que pasó volando sobre su cabeza.


El gran pájaro verde y rojo se posó sobre la rama de un árbol y abrió su enorme pico, demostrando así que los pájaros también bostezan. Pero debajo del árbol había un león a punto de comerse a un chico.


Al ver bostezar al pájaro, el león abrió aún más grande su boca, sin poder evitar el bostezo, que vino acompañado de un rugido tan grande que asustó a toda la selva.

El chico aprovechó el interminable bostezo del león para escapar.


El bostezo siguió contagiando, en dirección sudoeste. Pasó por miles de personas, subió a un barco, desembarcó en Bahía Blanca, los camioneros lo trajeron a Buenos Aires...

Hay un solo bostezo, el único.

Hay un solo bostezo, siempre el mismo, que va de un lado a otro y ahora viene hacia aquí... ahhhhh...



FIN


“La boca del león” en Botella al mar
© Ricardo Mariño, 1999
© Ediciones Santillana S.A, 2014
Ilustraciones: © Nadia Mastromauro
¿Quién apaga las estrellas? - ECuNHi / Ministerio de Educación


Con el objetivo de afianzar la escritura como herramienta para crear nuevos universos ficcionales el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) y el Ministerio de Educación llevaron adelante estos Concursos Nacionales de Cuentos, dirigidos a chicos de 8 a 13 años.

martes, 26 de mayo de 2020

Cuento: MI CASA, de Ricardo Mariño

Cuento: MI CASA, de Ricardo Mariño

Mi familia y yo vivimos en una casa encantada. Está encantada de ser la casa más grande que se haya visto jamás. Pero para mí ello trae algunos inconvenientes:

La habitación de mi hermano Berto tiene ciento cincuenta metros de ancho.

La habitación de mi hermano Bertoldo tiene doscientos cincuenta metros.

La habitación de mi hermano Bertoldino tiene trescientos veinte metros.

Entre pieza y pieza hay dos baños de doscientos metros. El pasillo que une las habitaciones tiene veinticinco cuadras de largo. Para ir a la cocina, por ejemplo, conviene esperar a que pase el colectivo que cada media hora va del patio (treinta cuadras) hasta la puerta de calle.




Personalmente preferiría que papá no tuviera tanto dinero ni esa manía de comprar cosas gigantes.

En mi opinión, si la casa fuera de tamaño normal y mi padre no gustara de lo gigantesco, mi familia y yo nos ahorraríamos muchas caminatas y unos cuantos líos.

En oportunidades me ha ocurrido que después de caminar varias cuadras para ir a uno de los baños, éstos estaban ocupados por Berto, Bertoldo o Bertoldino.

Hablando de Bertoldino. Hace poco trajo varios amiguitos a casa a jugar a las escondidas. Para ese juego nuestra casa es especial, y todos nuestros compañeros de colegio la prefieren. Tanto se presta para ese juego, que esa vez se perdió uno de los amiguitos de Bertoldino. Y como después de tres días tampoco aparecía, mi padre tuvo que dar aviso a la policía y a los bomberos.

Vinieron varias dotaciones, con un total de quinientos hombres. Trabajaron un día entero, revisando toda la casa. Un equipo de buzos revisó el desagüe de la bañera (ciento cincuenta metros de largo y treinta y cinco de profundidad), un helicóptero voló alrededor de los artefactos lumínicos, y una cuadrilla de exploradores se introdujo a través de los caños de las sillas del comedor.

Al fin, cuando ya se veía el desaliento en las caras de quienes buscaban, el chico fue encontrado. Mejor dicho, apareció solo. De pronto se escuchó una voz de niño que gritaba: “¡Pica! ¡Piedra libre! ¡Piedra libre para todos mis compañeros!”. Era el amiguito de Bertoldino, que había permanecido tres días escondido detrás de uno de los enormes ceniceros, arriba de la mesa de cincuenta metros que esa semana había comprado papá.



FIN


Botella al mar / Ricardo Jesús Mariño; ilustrado por Marcelo Elizalde. - 1a ed..
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Santillana, 2015.
64 p.: il. ; 20 x 14 cm. - (Morada)



© 1989, Ricardo Mariño
© 1999, 2005, 2013, Ediciones Santillana S.A.
© De esta edición: 2015, Ediciones Santillana S.A.
Av. Leandro N. Alem 720 (C1001AAP)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina


Botella al mar es un libro de once cuentos breves, donde los lectores podrán descubrir quiénes son los encargados de llevar los mensajes de las botellas en el mar. También conocerán la aventura de un famoso científico en la Antártida y verán cómo el valiente Hormigón Armando salva a diez mil hormigas de una catástrofe. Éstas y otras historias, entretenidas y originales, para chicos que quieren divertirse.

BIOGRAFÍA María Teresa Andruetto


María Teresa Andruetto
DATOS BIOGRÁFICOS
Nació en Arroyo Cabral, Provincia de Córdoba, Argentina, el 26 de enero de 1954. Es egresada de la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Córdoba. Trabajo en forma paralela, como periodista y docente de nivel medio y superior.
Entre 1984 y 1995 contribuyó a fundar el Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil con sede en Córdoba.
Ha formado parte de numerosos equipos de capacitación a docentes: en los rubros Literatura Infantil Juvenil, Animación a la Lectura y Escritura creativa. Para diversos programas organizados por la nación, su provincia, su ciudad, organizaciones gremiales y organizaciones no gubernamentales.
Fundó la revista especializada en Literatura Infantil y Juvenil Piedra Libre y fue su secretaria de redacción desde su nacimiento hasta su desaparición.
Ha realizado y realiza, en forma privada, y por contratos con diversas instituciones, asesoramiento en asuntos de la especialidad
Fue Directora (en colaboración) de la colección de literatura informativa "Cuadernos de Piedra Libre", editada por Libros del Quirquincho, Buenos Aires
Organizó y Formó parte del Ateneo de Literatura Infantil/Juvenil del CEDILIJ y de otros grupos de estudio sobre su especialidad
Formó parte del comité organizador del congreso de literatura infantil y juvenil:
  • 1er. Encuentro Nacional de Trabajadores de Literatura Infantil y Juvenil, organizado por CEDILIJ, en Vaquerías, Provincia de Córdoba, 1985
Estudios cursados
Profesora de Letras Modernas. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Egresó en 1975.
Licenciada en Letras Modernas. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Egresó en 1975.
Maestra de Música.
Especialista en Literatura infantil y juvenil.
Beca de perfeccionamiento en literatura juvenil obtenida por concurso de antecedentes y realizada durante los meses de enero, febrero y marzo de 1993 en la Sección Ibérica e Iberoamericana de la Internationale Jugendbibliothek. Munich, Alemania.
Pasantía en el Iberoamericanischer Institüt. Febrero de 1993. Berlin, Alemania.
Bibliografía para Adultos
Poesía
Palabras al rescoldo. Ediciones Argos. 1993. Segunda edición, con dibujos en tinta. 1999
Pavese y otros poemas. Ediciones Argos. 1998. Segunda edición digital. El heresiarca y Cía. 2000
Kodak. Ediciones Argos. 2001
Narrativa
Tama. Novela. Premio Luis de Tejeda/92. Primera edición Editorial de la Municipalidad de Córdoba. Segunda edición, Editorial Alción. Córdoba, 2001
Teatro
Enero. Obra en dos actos
Cuentos
Todo movimiento es cacería
Novela
La mujer en cuestión
 
Premios y distinciones
Premio Novela Luis José de Tejeda por Tama, 1992
Fondo Estímulo a la Actividad Editorial por Palabras al rescoldo, 1993
Seleccionada para el Segundo Encuentro Nacional de Teatro Semimontado por Enero
Mención de Honor III Bienal de Literatura Juan Beroes por Kodak, Universidad de los Andes, Táchira San Cristóbal, Venezuela, 2001
Seleccionada para el Ciclo de Teatro por la Identidad por Enero, 2002
 
Traducciones
Rota de colisao/ Ruta de choque, del portugués. Traducción de Marina Colasanti.
En prensa. Colección Fénix. Ediciones del Copista, Córdoba
Antologías
Integra numerosas antologías nacionales e internacionales
Colaboraciones
Colabora en revistas literarias y periódicos nacionales e internacionales y sitios de Internet
Bibliografía para Niños:
Libros de Cuentos
  • Misterio en la Patagonia. Colección Letra Negra, Editorial Libros del Quirquincho. Buenos Aires. Primera edición, 1993. Segunda edición, 1995. Tercera edición, 1996. Edición especial, distribuida con el diario Página/12. Setiembre 1996
  • El anillo encantado. Colección Pan Flauta. Color Negro. Editorial Sudamericana, Buenos Aires. Primera edición, 1993. Segunda edición, 1994. Tercera edición, 1996. Cuarta edición, mayo de 1998. Quinta edición, julio de 2000. Sexta Edición, en preparación. Edición en rústica para el mercado Latinoamericano
  • Un árbol florecido de lilas. Colección Dulce de Leche. Editorial Nuevo Siglo. Córdoba, 1995. Está incluido en las siguientes ediciones especiales: Diario La Voz del Interior (Córdoba), Diario Río Negro (Río Negro), Diario La Nueva Provincia (Buenos Aires), Diario La Gaceta (Tucumán), El Litoral (Santa Fe), Edición especial del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires .
  • Huellas en la arena. Colección Pan Flauta. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1997. Segunda edición. 2000
  • ¡Dale Campeón! Colección Ring Raje. Ilustraciones de Mayté Saine. Sicornio Editorial, Córdoba. Versión musicalizada en disco compacto por Coqui Dutto
  • La mujer vampiro. Colección Cuentamérica. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2001
  • Benjamino. Colección Pan Flauta. Editorial Sudamericana. En prensa
Novelas
  • Historia de Nato y el caballo que volaba. Colección El Trébol Azul, Aique Grupo Editor. Buenos Aires. En colaboración. Quinta edición, 1997
  • Stefano. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1997. Segunda edición, 2001
Colecciones
  • ¿Qué es eso del rock? Literatura informativa. Colección Cuadernos de Piedra Libre. Editorial Libros del Quirquincho, Buenos Aires, 1993
  • Fefa es así. Contiene cuatro títulos: Amoríos, Caballito al viento, De golpe, Palabras. Ilustraciones a cargo de Istvan. Editorial Altea. Grupo editorial Alfaguara/Santillana, Buenos Aires, 1988
Poesía
  • Agua Cero. Caligramas y otros juegos verbales sobre los que el plástico Guillermo Daghero realizó un libro objeto
Cuentos
  • Solgo, con ilustraciones a color de Liliana Menéndez
  • Caballito. Para primeros lectores con ilustraciones de Liliana Menéndez, en preparación
Novelas
  • El país de Juan
  • El misterioso libro de los patagones
  • Sin título. Una novela para jóvenes lectores
  • El fuego bajo el agua
Colecciones
Colección de cuentos para pequeños lectores. Ocho títulos con dos cuentos cada título.  
Antologías
  • 8 cuentos 8. Libros de Malabarista. Editorial Colihue, Buenos Aires, 1993
  • Una fila de cuentos. Libros del Malabarista. Editorial Colihue. Buenos Aires, 1994. Edición especial incluida en el diario Página/12 en la edición del 9 de mayo de 1998 con el cuento Un árbol florecido de lilas
  • La luna en las quimbambas. Editorial Ministerio de Cultura Juventud y Deportes. San José de Costa Rica, 1993 con el cuento No es fácil encontrar una piedra
  • 18 de amor. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1996 con el cuento El anillo encantado
  • 20 de animales. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1998 con el texto Había una vez
  • Manual de cuarto grado. Ediciones Edebé. Buenos Aires, 1996 con el cuento El guante de encaje
  • Palabras para crecer. Libro de lectura y actividades 2º grado. Grupo editorial Cinco Editores, Buenos Aires, 1997
  • El viaje de cinco. Libro y antología de cuentos para lectores de nivel inicial. A/Z Editores. Buenos Aires, 1997 con el cuento El engaño
  • Antología. SADE - Filial Córdoba, con el cuento La mujer del moñito. Editorial Screen. Córdoba, Argentina, 1999
  • Narradores cordobeses para la escuela media. Escuela de Letras, Facultad de Filosofía y Humanidades con El anillo encantado y Huellas en la arena
  • Antología. Foro de Narradores del Centro de la república con el cuento El secreto de Amarú
  • Antología. Editorial Aique, Año 2001. En preparación
  • Dossier de narrativa. Revista Cuatrogatos. Por internet, con el cuento Un árbol florecido de lilas
Premios y distinciones
  • Mención Concurso Latinoamericano de Cuentos para Chicos El Pajarito Remendado. Editorial Colihue, Buenos Aires, 1988. Por ¡Dale Campeón!
  • Mención Concurso Latinoamericano de Cuentos para Chicos Un Millón de Pajaritos en Vuelo. Editorial Colihue, Buenos Aires, 1993. Por Un árbol florecido de lilas.
  • Primera mención Concurso Latinoamericano de Cuentos Cocorí. Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. San José de Costa Rica, 1992. Por No es fácil encontrar una piedra
  • Beca de perfeccionamiento en Literatura infantil/juvenil. Enero a marzo de 1993. Internationale Jugendbibliothek. Munich, Alemania
  • Lista Los Diez Mejores. Año 1994. Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA). Por El anillo encantado.
  • White Ranvens 1994. Internationale Jugendbibliothek. Munich, Alemania. Por El anillo encantado.
  • Candidato a Los Mejores Libros de Habla Castellana para Niños, edición 1996. El anillo encantado. Banco del Libro. Caracas, Venezuela.
  • Tres estrellas y más. Altamente recomendados para niños y jóvenes. Banco del Libro. Caracas, Venezuela. El anillo encantado. Recomendado con cuatro asteriscos, para niños de 10 años en adelante.
  • White Ravens 1998. Internationale Jugendbibliothek. Munich, Alemania. Por Stefano..
  • Seleccionada para integrar el catálogo de escritores e ilustradores de literatura infantil y juvenil argentina, para el Congreso de IBBY. Cartagena, Colombia. 2000. Selección hecha por ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina. Sección Nacional de IBBY)
  • Destacados de ALIJA (Asociación de Literatura infantil y Juvenil Argentina). Año 1999. Categoría: Texto. Por Stefano. Feria del Libro Infantil. Buenos Aires, 1999
  • Premio Fantasía Infantil. 5ta. edición. Mención Especial. Por su libro Caballito al viento (autoría compartida con el ilustrador Istvan. Colección Fefa es así, Ediciones Altea). Otorgado por Fundación Salottiana/Instituto Summa.
  • La colección Fefa es así, de Andruetto-Istvan fue seleccionada para el catálogo de la Fiera di Bologna, Bolonia, Italia. Marzo/abril de 2000. Se exponen, con posterioridad a la Fiera di Bologna, en ferias del libro infantil de U.S.A., Japón y China.
  • Sicornio Editorial, la colección Ring Raje y los títulos por ésta editados, entre ellos ¡Dale Campeón!, han sido declarados de interés provincial. Gobierno de la Provincia de Córdoba, marzo de 2000
  • Premio Banco del Libro, Caracas, Venezuela, 1988 por Huellas en la arena
  • Distinguida por su trabajo en literatura infantil/ juvenil por el Grupo La Ronda, Feria del Libro, Córdoba, 2000.
Traducciones
  • Un árbol florecido de lilas. Traducido al alemán. Incluido en la publicación Gustav Adolf Kinderkalender, 1998. GAW. Verlag des Gustav Adolf Werks e.V. Pistorisstrasse 6, D- 04229. Leipzig. Deutchland. Traducción del castellano, Monika Döppert.
  • Stefano.. Traducido al alemán. Editorial Atlantis, Basilea, traducción de Jochen Weber, colección Baobab, 2002

lunes, 25 de mayo de 2020

La Revolución de Mayo de 1810



La Revolución de Mayo fue una serie de acontecimientos revolucionarios ocurridos en mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España, y que tuvieron como consecuencia la destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y su reemplazo por la Primera 




La Revolución de Mayo 1810

La Revolución de Mayo fue una serie de acontecimientos revolucionarios ocurridos en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España, que se sucedieron durante el transcurso de la llamada Semana de Mayo, entre el 18 de mayo de 1810, fecha de la confirmación oficial de la caída de la Junta Suprema Central, y el 25 de mayo, fecha en que se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y se lo reemplazó por la Primera Junta de gobierno.
Si bien inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino no hubo una proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre del rey de España Fernando VII, quien había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte.
Juráis a Dios nuestro Señor y a estos Santos Evangelios reconocer la Junta Provisional Gubernativa de las provincia del Río de La Plata a nombre del Sr. D. Fernando Séptimo, y para guarda de sus augustos derechos, obedecer sus órdenes y decretos, y no atentar directa ni indirectamente contra su autoridad, propendiendo pública y privadamente a sus seguridad y respeto.
Todos juraron; y todos morirán antes que quebranten la sagrada obligación que se han impuesto.
Esta manifestación de lealtad, conocida como la máscara de Fernando VII, es considerada por algunos historiadores como una maniobra política que ocultaba las intenciones independentistas. Otros sostienen que asumir esto sería como considerar que los revolucionarios eran «cínicos, embusteros y traidores».1
La declaración de independencia de la Argentina tuvo lugar seis años después durante el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816




 Les dejamos este video de la Revolución de Mayo!!!